Montserrat Negre Queralt

Barcelona, 1925 — 2021

A Montserrat la hemos relacionado siempre con libros, en torno a la conservación y restauración de documentación bibliográfica. “Yo soy del Ardiaca”, le gustaba recordar con orgullo, y no es una exageración porque allí vivió de pequeña. Esta relación infantil la llevó a amar y dedicarse, después, a la profesión de conservación y restauración que siempre ejerció en su querida “Casa l’Ardiaca”.

De Montserrat podemos afirmar que fue una mujer avanzada en su época. De jovencita decidió estudiar, primero, los 7 años de bachillerato y el posterior Examen de Estado de la época, y después, el “Plan Bachiller de Magisterio” con el que pudo ejercer de maestra durante 3 años.

El mundo lleno de libros donde vivía y que tanto amaba hizo que aprendiera a restaurar y encuadernar, en los años 60, en el Conservatorio de las Artes del Libro de Barcelona. De carácter decidido y con inquietudes, ya en 1963 y, a menudo también, veranos posteriores, acudió al entonces Istituto Centrale de Patología del Libro de Roma, para perfeccionar los estudios de restauración. Inteligente como era, captó que para ejercer con corrección la profesión era necesario estar en contacto y aprender en las instituciones más punteras del momento.

Esto le aportó conocimientos avanzados sobre conservación-restauración y amistad con profesionales de referencia internacional, como Alfonso y Fausta Gallo del ICPL, con los que mantuvo un intenso vínculo afectivo que llevará a lo largo de sus vidas. Generosa como era, sabemos que compartía estos conocimientos con amigos y colegas.

Frecuentaba congresos nacionales e internacionales. Era miembro del “International Council of Museums” desde que conoció su existencia y del ICOM nacional que se creó, después, en España. Fue miembro fundadora del Grupo Técnico de Conservación y Restauración de Cataluña, GTCR, que, con el tiempo, se ha convertido en la actual Asociación de Conservadores Restauradores de Cataluña, CRAC. También formó parte de la Asociación de Historiadores del Papel en España, que actualmente es la Asociación Hispánica de Historiadoras del Papel, AHHP, y también colaboró ampliamente con la International Association of Paper Historians, IPH .

Aula del Conservatorio de las Artes del Libro con el maestro J. Vallina.
Istituto Centrale di Patologia del Libro con Alfonso Gallo.
Congreso IPH 1965 con Oriol Valls. Visita VIC.
Congreso Sevilla, 1976, con M. Sainz de la Maza.
Congreso Sevilla, 1976, con M. Sainz de la Maza.
Congreso ICOM-CC, Venecia 1975 con J. M. Xarrié y E. Porta.

Montserrat, además, fijaba la mirada en lo más cercano. Con su hermano Ton compartían la pasión por la imprenta, un negocio familiar donde ella había colaborado de forma desinteresada. Y era ese conocimiento tan exhaustivo sobre la arquitectura y la construcción del libro, lo que la llevaba a defender y difundir el vocabulario técnico del universo bibliográfico. Un vocabulario tan rico y preciso en lengua catalana como de vigencia frágil a causa de las nuevas tecnologías.
Hizo un trabajo ingente en su “Casa del Ardiaca” pero también colaboró con otras instituciones dentro del marco de lo que entonces eran los museos del Ayuntamiento de Barcelona.

Aportó voluntad y dedicación extremas al ejercicio de su profesión en ese trabajo. Feliz de trabajar por la conservación de libros y documentos, en este recinto tan querido por ella, fue siempre meticulosa y exigente en el trabajo, y ha sido referente para generaciones posteriores. Con voluntad didáctica, siempre de carácter sencillo y cercano, desprendía sabiduría desde el momento en que la conocías. Hacía llegar con naturalidad y fácilmente esta sabiduría, a nivel profesional y humano, a toda persona con la que se relacionaba.

Museo de la imprenta, Poble Espanyol, Barcelona.